Sofía, la profesional


Articulo publicado en La Voz de Salamanca.



Durante muchos años, los adictos a la monarquía borbónico-franquista han alabado la «profesionalidad» de Sofía de Grecia, haciendo especial hincapié en su discreción y saber estar en cualquier tipo de circunstancias.


Su propio marido, es el que utilizó la expresión «una gran profesional» para referirse a ella, lo cual no deja de ser curioso dentro de una relación conyugal de varias décadas de ¿convivencia, connivencia, o conveniencia?


Aprovechando la ocasión de su setenta cumpleaños, Sofía ha roto su tradicional silencio respecto de los asuntos públicos y lo ha hecho con estrépito en un libro de conversaciones, al parecer publico-privadas, escrito por la periodista Pilar Urbano.


En el citado libro se viene a exponer un pensamiento conservador y tradicional, típico de señora de posición acomodada que debe sus privilegios a los deseos del dictador Franco y al esfuerzo cotidiano de los ciudadanos españoles que con nuestros impuestos pagamos su lujoso tren de vida.


Más allá de dejar claro que esta señora por su papel institucional debería manifestar una exquisita neutralidad respecto a los asuntos que están en el debate político y social, e incluso pendientes de decisión del Tribunal Constitucional, me gustaría analizar algunas de las opiniones que manifiesta la señora Sofía, sacando a la luz su hipocresía y bajeza moral.


Con respecto al matrimonio de personas del mismo sexo, la mujer del Borbón dice: «Si esas personas quieren vivir juntas, vestirse de novios y casarse, pueden estar en su derecho, o no, según las leyes de su país: pero que a eso no lo llamen matrimonio, porque no lo es. Hay muchos nombres posibles: contrato social, contrato de unión». Yo le recuerdo que hay una ley votada por el parlamento que representa a todos los españoles que votamos democráticamente por sufragio universal, en la que se dice que la unión de personas de mismo sexo recibe la consideración y el nombre de matrimonio. La señora Sofía, que en el mismo libro habla de que lo que hay que ser es «cons-ti-tu-cio-na-lis-ta», lo que debería hacer es acatar las leyes emanadas del parlamento que son la expresión de la voluntad popular. Lo mismo podemos decir de su oposición a las cuotas en los cargos de gobierno debidos a que los hombres y las mujeres «fisiológicamente y psíquicamente» son diferentes, por lo que «las leyes civiles no pueden ignorar a las leyes naturales».


A mayores, tampoco debería olvidar esta señora que cuando su hija mayor dejo de convivir con su marido, el comunicado de la Casa Real hablo de «cese temporal de la convivencia». Si esas personas quieren vivir separadas, cada uno por su lado, rehacer su vida y casarse de nuevo, pueden hacerlo, o no, según las leyes de su país: pero que a eso no lo llamen cese temporal de la convivencia, porque no lo es. Hay muchos nombres posibles: separación, divorcio, ruptura matrimonial. Doña Sofía debería andarse con cuidado al poner nombres a las cosas.


Otro de los sustanciosos argumentos de esta señora con respecto a los republicanos pretende ser hasta gracioso: «hoy un republicano en España está tan fuera del contexto actual del país como… un monárquico en Francia. Para los republicanos, nadie tiene derechos de cuna. Ahora bien, cuando esos republicanos son ricos, o tienen un negocio, o una casa ¡bien que dejan las propiedades en herencia a sus hijos! coherencia, pues…».


Tanto un monárquico como un republicano tienen perfecto derecho a manifestarse y expresarse tanto en España como en Francia aunque en el caso de nuestro país, los republicanos tenemos que andarnos con cuidado porque el Código Penal y algún juez pueden dejarnos «fuera de contexto».


La consorte de Juan Carlos debería informarse mejor y saber que los republicanos defendemos que nadie tiene derechos de cuna con respecto a los cargos públicos y, fundamentalmente, la jefatura del Estado. En cuanto a si somos ricos y qué hacemos con nuestras muchas o pocas riquezas, tenemos el derecho de hacer con ellas lo que queramos puesto que nos las ganamos con nuestro esfuerzo después de tener que aportar una parte al sostenimiento de una pandilla de zánganos y vividores conocida como Familia Real. La coherencia, predíquela usted con el ejemplo, señora.


Lástima que esta mujer no haga en absoluto honor al significado de su nombre en griego: Sabiduría.


Ramón García.

2 comentarios :

Marino Baler dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Marino Baler dijo...

Excelente blog y excelente entrada. Por lo visto hemos coincidido en la temática.

Salud.

 
ir arriba
Entrar
Google+