Israel y la "Flotilla de la libertad": Echando la paz al mar

El ataque militar israelí el pasado lunes a la flota de seis barcos cargados con 10.000 toneladas de ayuda humanitaria para Gaza es otro escupitajo que desborda un poco más el vaso del ansia por una paz igualitaria para todos los habitantes de Palestina y los Estados que allí existen o deberían existir. Izquierda Republicana, ferviente defensora de las herramientas pacíficas para lograr sus objetivos de una República española, ibérica, condena con toda la fuerza de sus convicciones este nuevo ataque terrorista del gobierno y ejército israelíes, porque se ha lanzado con el objeto de causar terror entre los embarcados y así doblegar su propósito de llevar ayuda humanitaria a la zona.

Se ha vulnerado la legalidad internacional al disparar y abordar buques fuera de sus aguas jurisdiccionales y se ha vulnerado los más elementales principios diplomáticos, incluidos aquellos que pretenden poner algo de orden en el desorden por antonomasia que es una guerra. Y se ha provocado un gravísimo incidente prebélico con Turquía. El gobierno israelí del demócrata de embudo -ancho para su política, estrecho para sus ataques militares- Netanyahu ha vuelto a ejercer el matonismo que le permite el respaldo norteamericano para la arbitrariedad más inadmisible, de nuevo. Que fuerzas militares ataquen a civiles desarmados, es eso, una acción desalmada, injustificable e inconsentible (como ahora están haciendo las potencias internacionales: precisamente, resulta especialmente sangrante la impostura del loado premio Nobel de la Paz, el presidente estadounidense, Barack Obama).

E igualmente son insoportables las mentiras que el embajador israelí ha hecho en España, jaleadas por la derecha mediática, al intentar acusar de pertenencia a organizaciones terroristas a los pasajeros de los buques atacados por las armas más modernas del mundo.

La paz en Oriente Medio sólo puede ser posible si Israel abandona sus anhelos de ocupar los territorios de un Gran Israel mítico e inexistente no sólo ahora, sino en los últimos siglos, y si abandona sus políticas segregadoras con su ciudadanía árabe y palestina, y acepta a los otros habitantes de la tierra palestina en pie de igualdad. Esa nueva política, que ya están pidiendo miles de ciudadanas(os) israelíes, con quienes Izquierda Republicana confraterniza desde España, sería el inicio de un nuevo camino que cerrase el actual laberinto sellado con sangre derramada que se vive por nuestros vecinos mediterráneos orientales.

Por eso esperamos y pedimos al gobierno israelí que llegue a Gaza, sin nuevos ataques militares, el buque, también cargado con ayuda humanitaria y ocupado por civiles, Rachel Corrie - así llamado en recuerdo de la activista estadounidense que murió el 16 de marzo de 2003 aplastada por una excavadora israelí, en la franja de Gaza, cuando intentaba impedir la demolición de casas palestinas.

Madrid, 4 de junio 2010

Secretaría de Comunicación de Izquierda Republicana

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