Alicia en "Pocerolandia"

Jesús Santos, de Izquierda Unida, nos hace llegar un relato que realmente merece la pena y no es ningún cuento...

Estaba Alicia tan concentrada intentando descifrar la misiva enviada por su alcaldesa cuando, de repente, una extraña figura irrumpió ante ella. ¡No podía creerlo! Se trataba ¿de un conejo rojo! Toparse en su propia casa con un conejo rojo, no blanco o gris como mandan los cánones, y, encima, hablando por el móvil, era mucho más de lo que podían admitir sus esquemas cognitivos. Impulsada por ese espíritu quijotesco que caracteriza a los manchegos, Alicia se introdujo temerariamente por el portón de la lavadora en pos del animalejo.Realmente, Alicia no había valorado las consecuencias de su precipitado impulso. El tambor empezó a girar creando un torbellino que la transportó hasta un salón repleto de ancianos en el que un caballero peroraba incansablemente, como si las palabras le alimentaran.

La aspiración gutural de las eses le resultó familiar.Inesperadamente, un hombre desplegó una hermosa bandera tricolor, y el autocomplaciente charlatán le lanzó una reprimenda tan desproporcionada que Alicia sintió como si la ofendiesen a ella misma.

-Pero ¿qué crimen ha cometido este señor? -preguntó al conejo rojo.

-¿Ninguno! ¿Luchar por la democracia mientras otros colaboraban con la dictadura o pasaban olímpicamente!

-Entonces, ¿por qué le echan esa bronca? -prosiguió Alicia.

-Porque este país es un poquito raro. Sígueme: te voy a mostrar qué hacen los amigos del inquisidorcillo que acabas de escuchar.

Alicia no dudó. No estaba dispuesta a tolerar la injusticia en ningún lado. Ambos franquearon una puerta y aparecieron en un paraje de una aridez desoladora.

-¿Por qué me traes aquí, conejo rojo?

-Mira a tu espalda y comprenderás.

Alicia se volvió, pero lo que vio le dejó estupefacta.

-¿De dónde ha salido ese monstruo? ¿Cómo se pueden levantar tantas viviendas en medio de la nada? ¿De dónde sacarán el agua? ¿Tendrán que usar el coche para todo!

-¿Claro que es un disparate! Un informe de los técnicos del ayuntamiento de Seseña advertía de la inviabilidad del proyecto, perola Junta de Comunidades, entonces presidida por el mismo que se ha ensañado con el señor de la bandera, lo ignoró y consintió el desaguisado.

-¿Cómo es eso posible, si se supone que la administración debe velar por el interés común?

-Parece que el constructor, conocido como El Pocero, consiguió hacerse muy amigo de los anteriores alcaldes y de algunos concejales. También es amigo de quien tú ya sabes.

-¿Y cómo gente importante se rodea de amistades tan peligrosas?

-Pues ya ves. Aquí hay altos cargos del gobierno que interceden a favor de banqueros acusados de delitos fiscales, reyes que son amigos de inversores estafadores En fin, que somos raritos.

-¿Raritos? ¿Esto es el mundo del revés! ¿Y nadie hace nada para evitarlo?

-Afortunadamente, sí. Manuel Fuentes, el alcalde de Seseña, que es de IU, ha conseguido que intervenga la Fiscalía Anticorrupción y ya se han presentado las primeras denuncias.

-¿Qué valiente! -observó Alicia.

-Sí -coincidió el conejo rojo-, pero su integridad le puede acarrear problemas. El Pocero ha presentado una querella por injurias y eljuzgado le pide 133.333 euros de fianza.

-¿133.333 euros! ¿Y todo por ser honrado! ¿No podemos dejarlo solo!

-Si así lo crees, no pierdas este papel. En cuanto se solucione la cuestión, te devolverán tu ayuda.

Un estallido pareció reventar los cielos. ¡Nos bombardean!, creyó Alicia. Pero no: se trataba de un F-18 que había roto la barrera del sonido y la había despertado del profundo sopor en que había caído. ¿Qué pesadilla tan extraña había tenido, con una especie de mundo patas arriba en el que la honradez era perseguida y la trapacería consentida! ¿Ah!, pero su mano todavía sostenía una nota con un número de cuenta de la CCM (2105 0036 11 1242029983). Enseguida comprendió que podía contribuir a transformar la pesadilla en un sueño: el sueño de que es posible vivir de forma solidaria, justa, coherente, y de que la verdad siempre es más poderosa que el dinero.

COLECTIVO PUENTE MADERA